El 27
de junio de cada año se conmemora el Día Internacional de la Sordoceguera como una
discapacidad que resulta de la combinación de dos deficiencias sensoriales
(visual y auditiva), manifestadas en mayor o menor grado, que genera en las
personas que la padecen problemas de
comunicación únicos y necesidades especiales derivadas
de la dificultad para percibir de manera global, conocer, y por tanto
interesarse, y desenvolverse en su entorno. Algunas personas sordociegas
son totalmente sordas y ciegas, mientras que otras tienen restos auditivos y/o
visuales.
Sin embargo existen formas de actuar y comunicarnos con las personas que poseen esta discapacidad. Al respecto, la Fundación ONCE para la Atención de las Personas con Sordoceguera comenta: “Es natural que la primera vez que nos encontremos con una persona sordociega estemos algo desorientados respecto a cómo actuar ante ella. Los siguientes consejos pueden servir para hacer que nos sintamos más seguros y facilitar así la comunicación:
1. Siempre darle a conocer nuestra presencia tocándole suavemente en el hombro o en el brazo. Si está concentrado en la realización de alguna tarea, esperaremos hasta que pueda atendernos.
2.
Es recomendable identificarnos, decirle quiénes somos, deletreando nuestro
nombre y por el cual nos conoce.
3.
Si utiliza un audífono porque puede entendernos a través de él, nos dirigiremos
a él de manera clara y directa, siempre vocalizando bien. En estos casos
conviene evitar los lugares ruidosos para desarrollar una conversación.
4. Si
lo que conserva es algo de resto visual, trataremos de no salirnos de los
límites de su campo de visión. Quizá pueda entendernos a través de la
labiolectura o utilizando otros recursos, como la Lengua de Signos. Si no
conocemos otro método, dirijámonos a él escribiendo en un papel blanco con
letras grandes, frases sencillas y, a ser posible, en tinta negra para que el
contraste sea mayor. Un lugar bien iluminado hará más eficaz la comunicación.
5. Cuando nos encontremos con una persona sordociega conocida, saludémosla directamente, aunque vaya acompañada.
5. Cuando nos encontremos con una persona sordociega conocida, saludémosla directamente, aunque vaya acompañada.
6. Al
caminar con él, la forma correcta de llevarle es dejar que tome nuestro brazo;
por lo general, lo hará por encima del codo. Así podrá seguir mejor nuestros
movimientos.
Nunca
debemos intentar llevarlo delante de nosotros. Le transmitiremos los signos
convenidos para indicarle que hay que subir o bajar escaleras, cruzar una
puerta o una calle, etcétera.
7.
No debemos olvidar nunca despedirnos. Si tenemos que ausentarnos un momento, se
lo diremos y le dejaremos mientras tanto en un lugar cómodo y seguro.